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Cómo impermeabilizar depósitos de agua

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La impermeabilización resulta imprescindible para la labor que realizan los depósitos de agua, esas infraestructuras de hormigón que recogen, depuran y distribuyen el agua, máxime teniendo en cuenta que se trata de un recurso cada vez más escaso.

Y es que, si bien es cierto que el hormigón destaca por su compacidad, que le aporta máxima densidad y lo convierte en impermeable, esto no siempre es suficiente y debe ser impermeabilizado de cara a preservar su capacidad de contención de agua y su posible deterioro.

Otro problema es la llegada de agua al armado del hormigón, provocando la oxidación. La impermeabilización del vaso evita que el volumen del material aumente y se produzcan fisuras provocando su fuga o incluso su contaminación.

Cómo hacerlo, paso a paso

En primer lugar, desde Propamsa aconsejamos preparar la superficie eliminando la suciedad, restos de pinturas y antiguos impermeabilizantes en los suelos y paredes de los depósitos de renovación y los restos de lechadas débiles en las estructuras nuevas. Si se trata de depósitos de nueva construcción hay que establecer un adecuado diseño del sellado y de las juntas de hormigonado o elementos pasantes.

En los depósitos a rehabilitar, deben tratarse los desperfectos (fisuras o pérdidas de volumen) con morteros idóneos para la reparación de hormigón y deben repararse los encuentros con los elementos pasantes en muros y losas. En el caso de depósitos enterrados, hay que frenar los problemas de filtraciones. Además, conviene realizar medias cañas en los rincones del depósito para minimizar las tensiones en los encuentros entre paredes y losa.

Realización de medias cañas

El siguiente paso es armar con malla de fibra de vidrio de bajo gramaje los puntos singulares que requieren mayor atención y así absorber los movimientos que puedan producirse. En el caso de las juntas estructurales o ante la necesidad de refuerzos de mayores prestaciones, se requiere un sistema elástico de sellado de juntas de altas prestaciones.

Para impermeabilizar: hay que humedecer la superficie hasta que comience a perder brillo, entonces aplicamos dos capas cruzadas de FLEXITEC con espesor final mínimo de 2 mm. La impermeabilización, por lo general, es un proceso sencillo que se puede realizar manualmente o por proyección, aunque se necesita un mínimo de siete días para el conveniente curado del producto y llenado del depósito de forma permanente.

Por último, en el caso de contener agua potable, debe realizarse un lavado previo con agua a presión durante 4 días consecutivos para eliminar cualquier resto de suciedad.

Para este proceso de impermeabilización, también contamos con membranas monocomponentes, como Propam ImpeFlex, un recubrimiento impermeabilizante de fácil aplicación y rápido secado que actúa como barrera física y química al paso de humedades de filtración, aplicable a brocha o llana en capa fina, que puede aplicarse sobre gran variedad de soportes y que es compatible con todo tipo de acabados.

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