1. INTRODUCCIÓN
Nos encontramos en un año propicio para evaluar y valorar la necesidad de colocar en nuestras fachadas un sistema de aislamiento térmico (SATE) en nuestra vivienda. La disminución de la factura de calefacción y aire acondicionado, eliminar humedades, mejoras estéticas y subvenciones para rehabilitación energética previstas, son muy buenos alicientes para animarse a ello.
Aunque hay un refrán popular que dice “hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”, atrás vamos dejando esos meses donde los temporales se suceden. Si, temporales, porque cuando éramos niños le llamábamos temporales. Aún recuerdo ese temporal llamado Hortensia (el de hace 37 años) que hizo temblar mi casa y tumbo el roble cercano al río dejándonos un puente natural. Ahora, usamos un término “más fino”, ciclogénesis explosiva, pero se le sigue poniendo nombre a unas fuerzas de la naturaleza que nos recuerdan que debemos, como en la película, poner de nuestra parte lo necesario para que no nos ocurra ningún mal. En este caso, y hablando de fachadas podremos decir si nos colocan un SATE en nuestra vivienda… “A Dios pongo por testigo que jamás tendré frio ni el viento se llevará mi fachada”
2. LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, CUBIERTAS Y FACHADAS
Dentro de las cargas que actúan en una edificación, una carga viva que no debe omitirse y debe tenerse siempre en consideración son las cargas originadas por el viento. Esto se tiene muy en cuenta a la hora del cálculo de estructuras, sobre todo, en edificaciones de más de dos pisos, viviendas aisladas o estructuras de hierro donde en este caso, tiene incluso más importancia que las cargas debidas a un sismo.
También entendemos lo importante que puede ser el viento en nuestras cubiertas. Quien no ha tenido que reponer o recomponer tejas, pizarra o cualquier otro elemento de cubierta que se han movido y literalmente el viento se las ha llevado, dando lugar a filtraciones y humedades no deseadas, con el consiguiente daño material u en ocasiones incluso de personas.
fotografía del periódico La Voz de Galicia
Pero el viento también afecta de forma considerable a los aislamientos y recubrimientos térmicos de fachadas. Tanto los sistemas de fachada ventilada como los acabados SATE deben seguir las guías y sus correspondientes DITs (Documento de Idoneidad Técnica) en cuanto a materiales y proceso de colocación. En el caso de los SATE, los elementos de fijación, además de colaborar junto al adhesivo en mantener sostenido el sistema a la fachada, minimizan los efectos de empuje y succión del viento, y es ahí donde reside su mayor contribución. Esto evita sustos y males mayores de tipo material y personal.
3. CANTIDAD, TIPOS Y VALIDACIÓN DE ANCLAJE EN SATE
Como hemos dicho el anclaje en los sistemas de aislamiento van asociados no solamente al peso y dilataciones del sistema sino a los efectos que produce el viento en las fachadas de la edificación.
Así el número de fijaciones dependerá en gran medida de la altura del edificio, si este está protegido y la velocidad del viento. A continuación, se muestra la tabla donde indica el número de fijaciones según los casos. Hay que considerar que en las esquinas de los edificios se forman cargas de viento mayores y puede ser necesario una aportación mayor por m2.
La Aprobación Técnica Europea ETAG 014, es donde actualmente se establecen las bases para evaluar los anclajes que se utilizarán para la fijación mecánica de los paneles del aislamiento térmico, en base a los diferentes soportes que podamos encontrarnos.
Para cada uno de estos tipos de sustratos: hormigón, ladrillo perforado, ladrillo macizo, bloque de hormigón aligerado, hormigón celular, tendremos un taco especifico y no sirve cualquiera. Para otros soportes especiales se deberá consultar al fabricante del sistema el tipo de anclaje o fijación a utilizar.
Como muestra la ilustración, a través del cabezal del anclaje la carga de viento se transmite a la zona de expansión y al soporte. Por tanto, la zona de adhesión entre adhesivo/placa y adhesivo/soporte está permanentemente garantizada e incrementada.
Solo los anclajes con una fuerza de expansión elevada y cabezales suficientemente resistentes, pueden garantizar permanentemente la unión por compresión del SATE, pero para ello es muy importante que vayan colocadas en puntos donde el adhesivo esté bien macizado .
En determinados soportes, puede ser necesaria la realización de una prueba de extracción del taco, y así validar su capacidad de anclaje. PROPAMSA proporciona este tipo de asistencia y servicio en obra si es requerido por la dirección facultativa.
4. SISTEMA PROPAM AISTERM, SATE CON GARANTÍA DE PROPAMSA
El SATE es en realidad un KIT, que consiste en un panel aislante, adherido a un muro con adhesivo y fijación mecánica. El aislante se refuerza con un mortero armado y se protege el conjunto con un revestimiento.
Es especialmente importante respetar la concepción del SATE como un sistema integral para el aislamiento de la fachada; esto se traduce en que cada uno de los componentes es un elemento imprescindible del conjunto, asegurando de este modo la compatibilidad del sistema y con ello el mejor resultado una vez instalado.
Si utilizamos otros componentes sin que estén concebidos para trabajar conjuntamente como un sistema (es decir, adquiriendo componentes por separado…) es muy probable que el resultado final no sea el esperado y no obtengamos el óptimo que buscamos. Hoy hacemos hincapié en la fijación del sistema. Debe ir adherido y atornillado y no debe ir nunca una actuación sin la otra, solo así irá respaldado por su correspondiente DIT/ETE que le aseguran una vida útil mínima de 25 años siguiendo todos los pasos de colocación.
Por; David Rodriguez (Oficina Técnica)